domingo, 19 de diciembre de 2010

¿Cómo iba yo a saber que en aquellos últimos y fatales días, que una fuerza más oscura que los celos y más fuerte que el amor había empezado a apoderarse de ella?


Ves este camino? ¿Ves este parque? ¿Ves este mirador? ¿Ves esto? ¿Me ves a mí?
Yo estaba aquí un domingo de ausencia absoluta y conté las dos mentiras más grandes que he dicho en mi vida.
A tí te dije que no sabía si aún te quería.
Y a tí, que te quería demasiado.

El acto más autodestructivo que he hecho jamás.
Por el demasiado, y por el aún, me faltó el con locura mútuo.

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